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¿Quieres ELIMINAR tu MAL ALIENTO y Sudor oloroso? ¡Toma esto por las mañanas!

8 junio, 2017

Nuestro cuerpo suele despedir ciertos olores normales, algunos de ellos no son nada agradables y quisiéramos poder ocultarlos siempre.

Tenemos el ejemplo del sudor que en grandes cantidades puede provocar olores desagradables en nuestro cuerpo, sobre todo en la zona de las axilas.

Normalmente utilizamos productos para ocultar y cubrir esos malos olores.

En el caso de nuestras axilas, existen los desodorantes.

También es importante que nuestra higiene diaria sea a consciencia.

Al momento de bañarnos debemos utilizar bien todo lo que tenemos a la mano para que nuestro cuerpo este siempre limpio y libre de bacterias que terminaran por hacer su aporte para la aparición de malos olores.

Con el remedio casero que compartiremos contigo no tendrás que preocuparte más por esos malos olores, solo necesitas tomarlo por las mañanas y listo.

OLVÍDATE DE ESOS MALOS OLORES CON ESTA BEBIDA
INGREDIENTES:

2 manzanas
1 trozo de jengibre
5 hojas de col de repollo
1 jugo de limón
1 ramo de perejil
PREPARACIÓN Y USO:

 

Mezcla todos los ingredientes con la ayuda de una licuadora. Toma esta bebida todas las mañanas antes del desayuno, se recomienda preparar al mismo momento antes de tomarlo.

Es muy efectivo!

Causas del MAL ALIENTO

Existen unas cuarenta causas diferentes para el mal aliento. Vamos a enfocarnos apenas en las más comunes.

Más del 80% de las casos de halitosis se originan en la propia boca. Son causados por la acción de la flora bacteriana natural de nuestra orofaringe sobre los alimentos que ingerimos. Poseemos más de 600 tipos de bacterias en nuestra cavidad oral, muchas de ellas capaces de producir gases con hedor debido a la metabolización de materiales orgánicos, principalmente proteínas.

Dos puntos de la cavidad oral son críticos: los dientes y la región posterior de la lengua, donde frecuentemente ocurre la acumulación de bacterias. El olor de la halitosis proviene de la producción de gases por bacterias después de la metabolización de los alimentos que quedan depositados en estas regiones.

Como es previsible, cuanto menor sea la higiene bucal, más bacterias existirán, más detritos alimentarios permanecerán en la cavidad oral y más intenso será el mal aliento. Inflamaciones como gingivitis y periodontitis, causadas por mala higiene oral, también favorecen la halitosis.

La saliva es un antiséptico bucal natural. Además de poseer sustancias antibacterianas, la saliva ayuda al enjuague de la orofaringe, disminuyendo los residuos de bacterias y alimentos. Cuanto más reseca es la boca, peor es el aliento.

La saburra lingual, o lengua saburrosa, es otra causa común del mal aliento. Esta alteración se manifiesta como una placa blancuzca compuesta por bacterias y células escamosas que se adhieren a la lengua. La saburra suele surgir por falta de hidratación en la cavidad oral, generalmente por falta de saliva o por un deficiente cepillado de la lengua. Entre otros factores de riesgo que conllevan a la saburra están: dormir con la boca abierta, roncar, uso de antisépticos bucales a base de alcohol y uso de aparatos de ortodoncia o frenillos. Cepillar la lengua y beber suficiente agua para mantener la boca siempre hidratada son simples formas de disminuir la incidencia de la saburra y, consecuentemente, del mal aliento.

Otro aspecto que puede dar origen al mal aliento son las amígdalas. Un mal aliento que surge súbitamente puede ser la primera señal de una faringitis o amigdalitis en desarrollo. Esto es particularmente real en los niños.

Los pacientes con amigdalitis de repetición suelen presentar pequeñas criptas en sus amígdalas, que favorecen la deposición de alimentos y de restos celulares, formando el caseum. De vez en cuando, pequeñas «piedrecillas» extremadamente malolientes se desprenden de estas criptas llevando al paciente a imaginar que su aliento es tan malo cuanto dicho hedor. En realidad, no siempre el caseum amigdalar es la causa del mal aliento. El hecho de que esa «piedrecilla» sea más olorosa, no significa que el aliento sea igual.

Otro sitio que puede ser la causa de la halitosis es la nariz, debido principalmente a cuadros de sinusitis. La existencia de goteo postnasal puede llevar a la acumulación de sustancias malolientes en la base de la lengua.

Muy raramente, un tumor oculto de la orofaringe o laringe puede ser la causa del mal olor.

Un tipo de mal aliento muy común y normalmente pasajero es aquel que ocurre al despertarnos. Dos hecho contribuyen a esa halitosis:

Muchas personas duermen con la boca abierta, produciendo un resecamiento de la boca durante la noche, lo cual, tal como se explicó antes, deviene en mal aliento.

No obstante, el factor más importante es otro. Durante el sueño, llegamos a permanecer más de 10 horas en ayunas. El cuerpo necesita producir energía constantemente, y en periodos de ayuno hay poca glucosa disponible como combustible. El organismo pasa entonces a quemar grasas para producir energía. La metabolización de grasas lleva a la producción de cuerpos cetónicos, sustancias con hedor fuerte que son eliminadas por lo pulmones. Nótese que cada vez que estamos con mucha hambre o en largos periodos de ayuno quedamos con mal aliento. Felizmente, esto es fácil de resolver: sólo hay que comer.

El mal aliento cetónico del ayuno es el mismo que ocurre en pacientes con diabetes mal controlados.

Otras enfermedades sistémicas que pueden causar mal aliento son la cirrosis y la insuficiencia renal avanzada. Esta última causa un aliento con olor de orina debido a la acumulación de urea y otras sustancias que no son debidamente eliminadas por los riñones. Infecciones en los pulmones también pueden causar halitosis.

Todavía se suele sobrevalorar el papel del estómago en la halitosis. Raras veces enfermedades estomacales son causas de mal aliento. La excepción ocurre en los pacientes con reflujo gastroesofágico que pueden, en algunos casos, presentar halitosis. No obstante, no se justifica una investigación del estómago si el paciente presenta mal aliento sin otros síntomas de reflujo.

Nuestros hábitos diarios también influyen en el aliento. El tabaquismo, el consumo regular de bebidas alcohólicas y el exceso de café son causas de mal aliento. Existe también una relación, poco entendida, entre obesidad y halitosis.

Algunos alimentos como el ajo y la cebolla son capaces de causar mal aliento por varias horas. En el caso del ajo, uno de los gases producidos por su digestión consigue ser absorbido por la circulación sanguínea, siendo eliminado por los pulmones. Por eso, después de la ingestión de ajo, el mal aliento puede permanecer por horas, incluso después de cepillarse los dientes.

Fuente: Grupo Palomo & MDSaude.com