Una costumbre que la mayoría de las personas tenemos es poner un vaso con agua en nuestra noche de mesa para que dado el caso de que nos de sed durante la madrugada, podamos beber de ese líquido que tenemos preparado. Pero, ¿te has preguntado si estas haciendo lo correcto?
Seguramente habrás notado que hay un sabor inusual y un tanto desagradable cuando la pruebas y no queridos amigos, no es tu paladar lo que le da ese sabor como agradable, si no el agua misma.
Resulta que el agua tiene minerales y no contiene proteínas lo que la convierte en un blanco ideal para que los microbios se apoderen de ella.
Al dejarla a la intemperie durante la noche, su composición química cambia y se convierte en un ácido carbónico que automáticamente la hace cambiar de sabor; esto porque su PH es transformado.
Al cambiar el sabor el agua no es tan pura como lo pensábamos así que está en ti decidir si beberla o no. En realidad no sería lo más aconsejable tomarla porque además, al estar destapada por tantas horas incluso puede haber riesgo de que tuviera polvo y algún otro tipo de contaminación que podría no resultar muy provechoso a tu organismo.
Es tu decisión el hecho de consumirla o no, pero acá te dejamos las razones por las que notaste que el sabor cambió cuando decidiste tomarla a la primera hora de la mañana.
No es del todo recomendable y además es mucho más saludable que tomes agua directamente de tu filtro cuando te despiertes y sepas que estás dando una buena ducha a tu organismo con agua limpia, saludable y también con muchos minerales y nutrientes para tu cuerpo.