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Toma nota: ¡Los 10 Alimentos que JAMÁS deberías meter en tu NEVERA!

18 julio, 2017

Casi todo el mundo tiene la costumbre de mantener todos los alimentos en el refrigerador, con la esperanza de hacer que duren más tiempo. Pero, contrariamente a lo que muchos piensan, algunos productos perecederos (como el tomate y la cebolla) deben mantenerse fuera de ella,

Por ejemplo: ¿Sabías que almacenar los tomates en el refrigerador hace que el alimento se deteriore más rápido? Vamos a ver estos 10 alimentos que jamás deberías dejar dentro de tu nevera:

Sandía

Dejarla a temperatura ambiente  ayuda a mantener intactos sus antioxidantes. Pero, una vez cortada,  debe ir a la nevera  hasta por  cuatro días (esto también aplica al melón).

Miel

Poner la miel en el refrigerador hace que se espese y se cristalice. Es un alimento totalmente natural que simplemente no se estropea.

Café

El polvo siempre se debe colocar en contenedores sellados y guardarlo en la despensa. Si se queda en el refrigerador, debido a la temperatura, perderá su característico sabor.

Pan

Se debe comer recién horneado o hasta cuatro días después de hecho. Lo ideal es dejarlo fuera de la nevera, ya que la refrigeración seca  los alimentos.

Tomate

El enfriamiento provoca que la fruta se deteriore más rápido y pierda el sabor y dulzura natural.

Aceite

Este alimento es espesa y se enturbia cuando se almacena en el refrigerador. Jamás lo refrigeres.

Cebolla

Ella necesita ventilación. Los húmedo dentro del refrigerador pueden causar la formación de moho. Se debe mantener en un lugar seco, fresco y oscuro, bien ventilado. Y lejos de las papas, que por lo general provocan que la podredumbre cebolla sea más rápida.

Albahaca

Esta especia no se lleva bien con bajas temperaturas. Para conservar y mantener su frescura, tratala como un manojo de flores: lavar, secar, cortar en tallos diagonal y  acomodar en un vaso de agua cubierto con una bolsa de plástico. Cambia el agua cada dos días.

Papas

Cualquiera que sea el tipo, debe mantenerse alejada de la refrigeración, ya que el almidón se convierte en azúcar y suceden cambios no sólo de su sabor, sino también su color y textura