En definitiva, casi la mayoría de las mujeres opta por sentarse con las piernas cruzadas ya que se considera como un signo de elegancia, estética, coquetería y por supuesto de femineidad. Pero, no siempre tener las piernas cruzadas puede ser bueno para la salud… incluso, puede causar tanto daño a tus piernas como si hubieses saltado de un tercer piso… así como lo lees. Este tipo de postura te podrá repercutir directamente en la circulación de tus piernas y acarrear problemas derivados de ello. Te explicamos a detalle a continuación.
El hecho de apoyar una pierna encima de la otra puede tener en tu cuerpo algunas repercusiones tales como:
Parálisis del nervio peroneo. Que es una lesión y un daño que se produce en dicho nervio cuando estás sentado en esa posición durante un largo periodo de tiempo; debes dejar de hacerlo al pasar algunos minutos.
La presión sanguínea tiende a aumentar cuando estás mucho tiempo con las piernas cruzadas y ha sido científicamente comprobado pues el proceso circulatorio no se lleva a cabo de una manera ideal
Sucede que más sangre es bombeada desde el corazón cuando estamos largo tiempo con las piernas cruzadas; eso equivale a que se aumente la resistencia de la sangre y de la vasodilatción.
Además, tu cadera puede salir de su eje haciendo provocando desplazamiento del muslo. ¡Debes tener mucho cuidado! Además de lo anterior, sentarse constantemente con las piernas cruzadas provoca:
- Postura encorvada
- Hinchazón de venas y várices, que aparte de la predisposición genética, la postura favorece a tener dicho problema
- Obstrucción de la circulación sanguínea en piernas.
Obviamente todo lo anterior se deriva de cuando adoptas esta posición por largos periodos de tiempo. No permitas que eso suceda. Por breves momentos está bien pero, si estás continuamente sentado/a es saludable pararse a caminar un poco pasados unos 4o minutos de reposo, con esto podrás activar tu circulación y evitar enfermedades como las anteriores descritas.