Cada signo del zodiaco tiene sus puntos fuertes, eso es un hecho que nadie puede negar. Las personas de Aries pueden tener cualidades que demuestran bastante osadía y que son parecidas a las características de las personas de Leo, después de todo, su elemento es el Fuego. Dicho esto, podemos afirmar que nunca serían tan metódicos como las personas de Virgo, por ejemplo.
Es difícil comparar cada uno de los signos del zodiaco, pues cada uno tiene sus ventajas y desventajas. Pero cuando se trata de inteligencia, tres de los signos del zodiaco se destacan por encima de todos los demás.
Acuario
Entre los signos del elemento Aire, Acuario es el más poderoso, estable y determinado. Aunque esto no es una sorpresa para muchos, este signo late de frente con el equilibrio nato de Libra. Los acuarianos tienen sus propios sueños, siempre apuntan a la excelencia y exigen mucho de sí mismos y de las personas a su alrededor. Lo más importante es que Acarianos los acuario son capaces de superar mil y una dificultades para alcanzar sus objetivos y nunca desisten.
Géminis
Géminis es un signo que, por definición, tiene problemas de concentración en relación a su energía vital. Ellos son el signo más volátil del Elemento Aire y la causa de ello es su dualidad omnipresente. Los geminianos raramente se concentran en una cosa a la vez. Muchas veces, empiezan a hacer todo al mismo tiempo y acaban necesitando el apoyo de los demás para continuar con las tareas planificadas. Aunque ellos consagran fascinar a los demás con su creatividad y capacidad de hacer innumerables cosas al mismo tiempo, el poder interno de Géminis es menor que el de los otros dos signos de aire.
Escorpio
Escorpio es un signo poderoso, a veces violento e impulsivo, pero su fuerza interior, sorprendentemente, sobrepasa a Piscis. Cuando un Escorpio sufre, tiene la tendencia a entregarse al sufrimiento. Las personas de Escorpio acumulan muchas emociones dentro de ellas que, casi siempre, las consumen y las hacen muy vulnerables. Sí, Escorpio pueden parecer muy calmados, pero por dentro, son como un nervio expuesto y, a menudo, no pueden controlarse.