¿Has notado que el ser humano, desde una edad temprana tiene una relación especial con las cosas brillantes? Puedes notarlo cuando entregas a un bebé un juego de llaves y la reacción que tiene después de ver el brillo y el ruido de ellas. Seguramente también has quedado encantado con espectáculos con grandes coloridos en sus trajes, llenos de brillo. Pero, ¿por qué nos encanta?
Algunos dicen que esta fascinación puede estar relacionado con la riqueza, como la posesión de oro, plata, etc, que tienen aspectos brillantes. Pero una teoría de la evolución explica:
No sólo los seres humanos, sino también algunos animales demuestran interés en las cosas luminosas y artículos de aspecto brillante y se estima que tanto interés ha surgido a partir de una analogía inconsciente: la relación con el agua.
Los animales están interesados en los charcos de agua al igual que los bebés están interesados en los objetos que brillan. Dado que el agua es un recurso clave para el mantenimiento de la vida, los estudiosos de marketing decidieron hacer una serie de experimentos de campo.
En el primer experimento, los investigadores hicieron una exposición de niños y adultos a algunos anuncios y ambos mostraron un mayor interés en los anuncios presentados en brillante que en mate. En una prueba a ciegas (con ojos vendados) también se mostró una preferencia especial en cuanto al papel satinado.
Personas invidentes tocaron dicho papel y se les pidió describir por qué eligieron la versión brillante, y muchos de ellos asocian al aspecto del papel a la presencia de agua lo que puede explicar la preferencia inconsciente asociado con la búsqueda del vital líquido.
Y lo más curioso del caso es que cuando una persona tiene sed, preferirá en gran medida las cosas con brillo. En nuestro cerebro tenemos ¡el chip para buscar y preferir el agua!